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El coprotagonista: un recurso narrativo
o cómo hacer que tu personaje principal siempre tenga con quién hablar
Por César Sánchez Ruiz
Espero que con el cambio de año te hayas recargado de energía literaria. En este artículo voy a hablarte de un recurso narrativo que toma la forma de personaje: el coprotagonista. Resulta valioso hasta el punto de que, sin un personaje de este tipo, muchas historias no funcionan.
¿Qué es un coprotagonista?
En narrativa, llamamos coprotagonista a aquel personaje que comparte con otro u otros el protagonismo de una historia. En una historia en la que haya un coprotagonista, el protagonismo no recaerá en un único personaje, sino que habrá, como mínimo, otro personaje que también estará en la primera línea de la acción durante la mayor parte del tiempo.Pondré un ejemplo. Imagina una historia de fantasía en la que un campesino pobre, obligado por la necesidad, decida partir hacia la Región de Nadie en busca de un dragón por cuya cabeza la Reina Hechicera haya ofrecido una recompensa. Pues bien, si el campesino marcha solo durante buena parte de la aventura, el protagonista será él, y nadie más que él. En cambio, si hacemos que no viaje solo, sino que le acompañe su hija mayor, y que ambos permanezcan juntos durante la mayor parte de la aventura, entonces la hija acabará teniendo su parte del protagonismo: será una coprotagonista.
Un coprotagonista puede tener la misma cuota de protagonismo que el otro personaje principal o una cuota algo menor. En el primer caso, ambos personajes serán coprotagonistas; en el segundo, lo que tendremos es, más bien, únicamente un coprotagonista, ya que el otro personaje será, a todos los efectos, el protagonista de la historia.
¿Para qué sirve un coprotagonista?
Incluir un coprotagonista en una historia resulta útil por varios motivos:En primer lugar, hará que la lucha del protagonista resulte más amena. Si el protagonista está solo durante la mayor parte de su peripecia, únicamente podrás ir informando de lo que le suceda a él o de lo que suceda a su alrededor, y, a menudo, podrías no tener nada que contar, en particular si se desplaza por lugares en los que no haya nadie; podrás informar de lo que piense, pero estos pensamientos podrían agotarse pronto. En cambio, si tiene a alguien a su lado, podrá hablar con él, a su compañero también le sucederán cosas, etc.
Por ejemplo, si en vez de avanzar solo por la Región de Nadie, el padre va acompañado de su hija, ésta podrá contarle, ya durante la primera jornada de viaje, que siempre ha querido viajar y vivir aventuras, y hablarle, por ejemplo, de alguna leyenda que haya oído sobre la zona, y entonces el padre podría decirle que, en su opinión, lo mejor que uno puede hacer en esta vida es quedarse en casa sin vivir ninguna aventura.
En segundo lugar, a través de las conversaciones que mantengan ambos personajes podrás hacerle llegar a lector información que necesites darle y que podría resultar complicado o incluso imposible dar de otra manera.
Por ejemplo, en la historia del padre y la hija, podrás hacer que, a cierta altura de la historia, el padre le cuente a su hija que de joven fue soldado, y que, por más que ya no tenga la agilidad que tenía entonces, no se le ha olvidado cómo manejar la espada. Es, como ves, una forma sencilla de informar del pasado del personaje.