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Otras 5 funciones dramáticas que pueden cumplir los personajes de una obra de ficción
Por César Sánchez Ruiz
En el artículo 5 funciones dramáticas que pueden cumplir los personajes de una obra de ficción te había dado a conocer las funciones dramáticas correspondientes al aliado, el mentor, el traidor, el competidor y el esbirro. Pues bien, voy a darte a conocer cinco más: las correspondientes a la víctima, el consejero, el objeto del deseo, el guardián y la figura de las dos caras. Entre unas y otras, dispondrás ya de una decena de funciones dramáticas a las que podrás recurrir para dar forma a tus historias.
Veamos las cinco nuevas funciones:
Un personaje cumple la función de víctima cuando, en algún punto de la historia, recibe un daño importante, y este suceso impulsa a los otros personajes, y quizás a la propia víctima, a la acción.
La víctima es un personaje habitual en las historias policiacas. A menudo, en ellas, alguien aparece muerto, y es este suceso el que hace arrancar la acción: el protagonista se pone a investigar cuál ha podido ser el móvil del asesinato y quién lo ha podido cometer. En ocasiones, las víctimas son varias: primero aparece un cadáver, luego otro, luego otro...
El daño sufrido por la víctima puede ser de muchos tipos: puede ser, como ya hemos visto, un daño que cause la muerte, pero también un maltrato físico o psicólogico, una privación de la libertad, una lesión debida a un accidente, una pérdida de dinero, de la vivienda o de cualquier otra posesión, una expulsión del trabajo...
En ocasiones, el daño que recibe la víctima es el detonante de una venganza: el protagonista, a partir de ese momento, buscará saldar cuentas con el causante del daño. En otras ocasiones, la víctíma simplemente pedirá ayuda a alguien (un abogado, una periodista) para que se haga justicia en relación al daño que le han causado. Ya en otro tipo de historia, la víctima luchará contra sí misma, posiblemente con la ayuda de profesionales, por recuperarse del daño recibido.
Otra función que puede cumplir un personaje es la de consejero. Como su nombre indica, se trata de alguien que aconseja al protagonista en relación a algún asunto que atañe a este. El consejero puede ser un amigo, un familiar, un compañero de trabajo, un vecino...
Por ejemplo, en una historia en la que unos amigos estén dedicando el fin de semana a recorrer una región poco habitada, estos podrían encontrarse con un lugareño que les hable de los rumores que corren sobre cierto paraje y les recomiende que no se acerquen por allí. (Ni qué decir tiene que, a poco que se precie la historia, los personajes acabarán llegando a ese lugar.)
El rol del un consejero no es instruir al protagonista (tal como hace un mentor), sino, simplemente, darle su opinión en relación a algún asunto. De hecho, un consejero podría ser una persona inexperta en el tema en cuestión, como sería un niño que, desde su inocencia, le haga ver a un adulto cuál es la mejor manera de resolver el grave problema que está teniendo en su matrimonio.
A menudo, la presencia del consejero va asociada al enfrentamiento a un dilema: el protagonista necesitará tomar una decisión crucial, y ninguna de las vías de actuación que se le hayan presentando le resultará aceptable; será entonces cuando otro personaje le aconseje sobre cuál es la mejor forma de actuar o le descubra una opción que no haya considerado.