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Cómo poner bien el 95 % de los signos de puntuación de un texto
Por César Sánchez Ruiz
En un artículo que publiqué hace ya tiempo te había explicado cómo lo debes hacer para poner bien el 75 % de los signos de puntuación de un texto. Se trataba de un conjunto de indicaciones en relación al uso de los signos de puntuación más frecuentes: la coma, el punto, el punto y coma y los dos puntos. Pues bien, en este nuevo artículo te explico cómo lo debes hacer para poner bien un 20 % adicional. Se trata, en esta ocasión, de indicaciones en relación al uso de los signos de puntuación menos frecuentes: los puntos suspensivos, los signos de interrogación y exclamación, las comillas... Con ello, podrás poner bien el 95 % de los signos de puntuación de cualquier texto. (El 5 % restante correspondería a casos de uso poco habituales que por ahora no explicaré.)
Sin más, empecemos. Aparte de los tres signos de puntuación que ya he mencionado, te hablaré también de la raya, de los paréntesis y de los corchetes.
Los puntos suspensivos (...) son siempre tres, y solo tres: no cuatro, ni cinco, ni... Los has de escribir pegados a la palabra a la que siguen y separados por un espacio de la palabra a la que preceden. Tras los puntos suspensivos nunca se pone punto, pero sí se puede poner, por ejemplo, coma. Cuando con ellos termina un enunciado que está delimitado por signos dobles (como son, por ejemplo, los signos de interrogación y exclamación), se ponen dentro de estos, en el caso general.
Es un signo que suele usarse, erróneamente, como substituto del punto, cuando, en realidad, ninguno de sus usos es equivalente al del punto. Uno de los que tiene es comunicar que, por un momento, el discurso queda en suspenso, y de ahí el nombre que tienen:
Ser... o no ser... Esa es la cuestión.
Otro de sus usos es indicar que algo que iba a decirse a continuación, o que podría decirse, al final, por el motivo que sea, no se dice:
Quería decirte que... Bueno, olvídalo.
Y un tercer uso es indicar que un enunciado es continuación de otro, y en este caso se ponen al inicio del enunciado:
—Quien mal anda...
—... mal acaba.
Los puntos suspensivos tienen otros usos, pero son ya residuales.
En lo que respecta a los signos de interrogación (¿?) y exclamación (¡!), se usan, como su propio nombre indica, para señalar, respectivamente, las interrogaciones y las exclamaciones. Es un signo doble, es decir, se ponen siempre por parejas: uno de apertura y uno de cierre. El de apertura lo has de escribir pegado al inicio del texto que enmarcan, y el de cierre, a su final. Al igual que sucede con los puntos suspensivos, tras ellos no se pone punto, pero sí se puede poner, por ejemplo, coma o punto y coma.
Para hacer énfasis en una exclamación o interrogación, podemos duplicar los signos que la enmarcan...
¿¿Qué??
... e, incluso, triplicarlos:
¡¡¡Tire el arma!!!
También podemos combinarlos; con ello estaremos indicando que un texto es a la vez una pregunta y una exclamación. Podemos, por ejemplo, poner entre exclamaciones una pregunta...
¡¿Qué me dices?!
... o poner entre interrogaciones una exclamación:
¿!Al abordaje!?
Por lo demás, el uso de los signos de interrogación y exclamación no entraña mayor dificultad.