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Vacúnate contra las redundancias (II)
Por César Sánchez Ruiz
En el artículo anterior te había entregado la primera dosis de la vacuna contra el redundavirus. Pues bien, aquí tienes la segunda. Se trata de una nueva serie de indicaciones y ejemplos que te ayudará a librar de redundancias cualquier texto que escribas.
Para empezar, es importante que conozcas cuáles son las expresiones redundantes más habituales; así podrás evitarlas. Ya en la primera parte del artículo te había mostrado unas cuantas, y ahora te mostraré algunas más.
Por ejemplo, una muy habitual es...
soler a menudo
Es redundante porque el verbo soler ya lleva implícito el significado de a menudo.
Otra igualmente frecuente es...
momento puntual
Todo momento es, por definición, puntual, por lo que se hace innecesario calificarlo como tal.
También es redundante la expresión...
vistazo rápido
... ya que, por definición, un vistazo siempre es rápido.
Y aquí tienes otra:
completamente abarrotado
En esta expresión, el uso del adverbio es innecesario, puesto que el adjetivo abarrotado ya lleva implícito el significado de completamente.
A partir de aquí, tú mismo has de ser capaz de detectar cualquier otra expresión redundante que pueda desvirtuarte un texto. Para ello, se trata de que te asegures de que las palabras que uses en una expresión no aporten una información que esté siendo ya ofrecida, de la manera que sea, en el resto de la expresión.
Por ejemplo, cuando añadas un adjetivo, has de vigilar que la cualidad que exprese no esté incluida ya en el significado del sustantivo.
Fíjate: la expresión...
certezas sólidas
... es redundante, puesto que toda certeza es, por definición, sólida; si no fuese sólida, no sería una certeza.
El mismo cuidado has de tener cuando añadas un adverbio. Por ejemplo, es redundante la expresión...
totalmente calcinado
... puesto que calcinado ya lleva implícito el significado de totalmente.
A menudo, para detectar redundancias es necesario conocer el significado exacto de las palabras y expresiones.
Por ejemplo, si conoces el de la palabra lapso, lo tendrás más fácil para evitar la redundancia...
lapso de tiempo
... ya que sabrás que un lapso no es otra cosa que una porción de tiempo, es decir, que la palabra lapso lleva implícita la cualidad temporal.
De la misma manera, si conoces el significado exacto de la palabra holgura, podrás identificar y evitar la redundancia...
mucha holgura
... puesto que sabrás que la palabra holgura se refiere a una anchura sobrada, esto es, que en ella ya está implícito el "mucho".
Lo mismo sucederá si conoces el de la palabra protagonista: podrás identificar y evitar la redundancia...
protagonista principal
... puesto que sabrás que la palabra protagonista no se refiere a otra cosa que a la persona o personaje que desempeña el papel principal.
También, para detectar redundancias, resulta útil tener conocimientos acerca del origen o procedencia de las palabras.
Por ejemplo, la expresión...
Ojalá Dios quiera que...
... es redundante, puesto que la interjección ojalá, que proviene del árabe, ya significa Dios quiera. La forma no redundante de esta expresión sería...
Ojalá (que)...