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Cómo ponerle título a una obra de ficción


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Por César Sánchez Ruiz




¿Has acabado un texto y no sabes qué título ponerle? En este artículo voy a darte algunas indicaciones para que puedas ponerle un buen título a una obra de ficción. Iré ejemplificado con títulos de novelas conocidas, pero todo lo que voy a explicar vale perfectamente para bautizar relatos, guiones de cine o cómic, textos teatrales, etc.

Recurso 1: Nombre o descripción del protagonista

A tu obra le puedes poner de título el nombre o apodo del protagonista de la historia. Es lo que hizo Daniel Defoe en Robinson Crusoe y, más recientemente, Elvira Lindo en Manolito Gafotas. En el título, el nombre del protagonista puede ir acompañado de otras palabras, tal como hizo Mark Twain en Las aventuras de Tom Sawyer y Lewis Carroll en Alicia en el país de las maravillas. Igualmente, podemos hacer que el título no sea el nombre del protagonista, sino una descripción o definición brevísima del personaje. Así lo hizo H. G. Wells en El hombre invisible y John le Carré en El jardinero fiel.



Recurso 2: Nombre o descripción de otro personaje

Alternativamente, podemos poner como título el nombre o la descripción del antagonista: Drácula, de Bram Stoker, y Chacal, de Frederick Forsyth, son dos buenos ejemplos. También podemos titular la obra con el nombre o la descripción de un personaje que no sea ni el protagonista ni el antagonista: es lo que hizo John Fowles en La mujer del teniente francés.

Recurso 3: Nombre o descripción del escenario

En lugar del nombre o descripción de un personaje, podemos poner como título el nombre o la descripción del escenario en el que transcurra la acción (o uno de los escenarios en los que transcurra), que es lo que hizo Mercé Rodoreda en La plaza del Diamante. Donde decimos escenario, decimos también período de tiempo: justo lo que hizo George Orwell en 1984.

Recurso 4: Referencia a la acción

En el título podemos hacer referencia a la acción (o a parte de la acción) que conforme el argumento de la obra, tal como sucede en La señora McGinty ha muerto, de Agatha Christie. Podemos combinar la referencia a la acción con referencias a cualesquiera otros elementos narrativos (personajes, escenarios...): La famosa invasión de Sicilia por los osos, de Dino Buzzati, es un ejemplo de ello.

Recurso 5: Referencia al tema

Cómo no, podemos hacer referencia al tema de la novela, y en estos casos el título acabará tomando, a menudo, formas metafóricas o simbólicas: Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, y El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, son dos buenos ejemplos.

Recurso 6: Expresión o frase del propio texto de la obra

Puede servirnos como título una expresión o frase que forme parte del propio texto de la obra. Son ejemplos de ello Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, que es una frase que el protagonista escribe repetidas veces en su diario, y La historia interminable, de Michael Ende, que es el título del libro que el protagonista roba en una tienda y en torno al cual gira toda la historia.

Recurso 7: Aliteración

La aliteración es un recurso estilístico que consiste en la repetición de uno o varios sonidos (consonánticos, por lo general) en una misma expresión o frase. Podemos recurrir a una aliteración para darle atractivo a un título. Por ejemplo, si el título consta de varias palabras, podemos hacer que todas comiencen por la misma letra. Un ejemplo lo tenemos en Pedro Páramo, de Juan Rulfo, título en que se repite el sonido de la p inicial: Pedro Páramo. Este autor tiene un libro de relatos cuyo título también incluye una aliteración, y triple, en este caso: El llano en llamas. ¿Ves los tres sonidos que se repiten?: El llano en llamas. Incluso podríamos sumar el de la n.

Recurso 8: Oxímoron

Otro recurso estilístico al que podemos recurrir es el oxímoron, que consiste en combinar en una misma palabra o expresión dos términos de significado opuesto. Un ejemplo de título en el que el autor recurrió al oxímoron es El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, de Haruki Murakami, título en el que, como puedes ver, aparecen adyacentes dos términos que se contradicen: El fin del mundo y un despiadado / país de las maravillas.

Recurso 9: Cotítulo

Un título puede constar de dos partes, es decir, llevar lo que podríamos llamar un cotítulo. El cotítulo suele usarse para dar información adicional sobre el contenido de la obra. Por ejemplo, la segunda de las aventuras de Alicia, A través del espejo, de Lewis Carroll, se titula en realidad A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, y en este caso el cotítulo informa de quién es la protagonista de la historia.


Comentaré, ya para acabar, que no estamos obligados a ponerle título a una obra, aunque sí será necesario si queremos publicarla o presentarla a un concurso.

Bueno, pues hasta aquí esta explicación. Si te ha resultado valiosa, y no quieres perderte las próximas que escriba, subscríbete a mis envíos, y te avisaré cada vez que publique en el blog.

Aquí tienes un artículo en el que te doy indicaciones para que puedas ponerle nombre a un personaje de ficción.



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