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Cómo dar forma al guion de una serie de televisión
Por César Sánchez Ruiz
¿Te gustaría escribir una serie de televisión? Conviene que, antes de nada, sepas qué tipos de serie existen, en lo que se refiere a su estructura argumental y episódica, para que puedas elegir el que más te convenga y trabajar el guion adecuadamente. En este artículo te explico cuáles son las formas habituales de estructurar una serie y qué aspectos has de tener en cuenta al escribir tu guion según la estructura elegida.
Bien, veámoslas:
Opción 1: Narración de una única historia en un número limitado de episodios
Una primera manera de estructurar una serie es, simplemente, contar una única historia, como se suele hacer en los largometrajes, pero no en un único bloque, sino partiendo la narración en episodios. Lo habitual es que el número de ellos sea reducido (cuatro, cinco, seis, o quizás alguno más) y que cada uno dure aproximadamente una hora. La historia tendrá su protagonista o grupo de protagonistas, y la acción estará vertebrada mediante un único conflicto, que quedará planteado, se desarrollará y se resolverá.Por ejemplo, podrías idear una serie en la que se cuente, en cuatro episodios, cómo alguien trata de encontrar un valioso objeto que, supuestamente, enterró su abuelo quién sabe dónde. El protagonista estaría a punto de ser desahuciado de su casa, y la única manera que tendría de no quedarse sin un lugar en el que vivir es seguir las pistas que dejó su abuelo, hallar el tesoro y saldar la deuda que tiene con el banco.
El guion de una serie de este tipo se escribe de manera análoga al de un largometraje, solo que, al tratarse de una obra de mayor duración, acaba llevando más trabajo. Aparte, en el momento de idear la historia conviene dedicar un tiempo a decidir en qué puntos se producirán los cortes en la narración, es decir, dónde acabará un episodio y empezará el siguiente. Igualmente, es conveniente asegurarse de que, de la manera que sea, se vaya generando intriga a lo largo de la serie, para que así, una vez acabe un episodio, se quiera ver el siguiente.
En el ejemplo de la historia del tesoro del abuelo, podrías hacer que el primer episodio acabe cuando el protagonista, en la visita que, en un intento de encontrar un lugar donde vivir, haga a la vieja casa de campo en la que vivió su abuelo, acabe encontrando, en algún lugar de la misma, un pergamino con unas curiosas inscripciones, y luego alguien del vecindario le hable de los rumores, sobre viajes a un país lejano, que circulaban sobre el personaje.
Opción 2: Narración de varias historias independientes, una en cada episodio
Otra manera de estructurar una serie es no contar una única historia, sino varias, una en cada episodio. Se tratará de historias independientes, es decir, cada una tendrá sus personajes y su argumento, pero compartirán algún elemento, que podrá ser el tema, el escenario, la situación en la que se encuentren los personajes... Los episodios serán autoconclusivos, es decir, la historia que se cuente en cada uno empezará y acabará en ese episodio, de manera que no importará el orden en el que se vean.Por ejemplo, podrías pensar en escribir una serie de historias de terror sobrenatural, es decir, sobre brujas, fantasmas, hombres lobo, vampiros, cementerios, casas encantadas… y titularla, qué sé yo, “Historias de la medianoche”; en cada episodio, que duraría una hora, se contaría una historia distinta, aunque todas tendrían esta temática.
Las series de este tipo tienen una ventaja respecto a las del tipo anterior, y es que se pueden escribir el número de episodios que convenga. Incluso, una vez se hayan llevado a la pantalla los que se hayan escrito en una tanda inicial, se puede escribir y producir otra tanda de ellos, y así sucesivamente, siempre que se disponga de ideas o material suficiente para crear las nuevas historias.