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Abecegramas: fitness literario (I)
o cómo ejercitar la escritura a ritmo de abecedario
Por César Sánchez Ruiz
Peso mis palabras en balanzas hechas con tela de araña.
Villiers de L'Isle-Adam (1838-1889)
Villiers de L'Isle-Adam (1838-1889)
Para mejorar la escritura, nada mejor que ejercitarla día a día. ¿Que no dispones de tiempo? ¡No te preocupes! Puedes ejercitarla escribiendo textos cortos: abecegramas, por ejemplo. En este artículo te explico qué es un abecegrama y cómo lo puedes hacer servir a modo de ejercicio de fitness literario.
Un abecegrama es un texto cuyas palabras están dispuestas en orden alfabético según sus letras iniciales. Así, en un abecegrama, la primera palabra empieza por la letra a, la segunda, por la letra b, la tercera, por la letra c, etc.
A continuación tienes un ejemplo de abecegrama:
Ayer, bajo cientos de espadas, fui grácilmente herido, ¡infieles!, jefes kuwaitíes los más, ninguna ñoñería. Oídme: ¿por qué? Ruido sordo te urdí, viva Wisconsin: xilófonos y zapatos adquirí baratos con dos euros. Fin.
Lo habitual, al escribir un abecegrama, es empezar por la a y llegar hasta la z, pero nada nos impide ir más allá de la z y dar una segunda vuelta al alfabeto, o dos vueltas más, o las que sean. En el ejemplo, yo he seguido hasta la f de la segunda vuelta. También podemos empezar por una letra que no sea la a (la e, por ejemplo), o avanzar en orden alfabético inverso: z, y, x...
Escribir un abecegrama te servirá para practicar, por ejemplo, la búsqueda de sinónimos: si has llegado hasta, por ejemplo, la s, y ves que ahora, para continuar la frase, te iría perfecto un sustantivo que tienes pensado, pero que empieza por una letra que no es la t, puedes tratar de encontrar un sinónimo que empiece por t.